En Tokio, las tipologías de vivienda unifamiliar se extienden en un desarrollo horizontal denso y saturado. Las torres residenciales normalmente se convierten en iconos pasivos, sombras interminables y muros ciegos para la ciudad.
Las necesidades primarias como la luz, el aire y las vistas generan los volúmenes en altura siendo en cada caso resultado de su propio entorno.
El sistema de malla estructural se vuelve más denso en las áreas de mayor solicitación. De esta forma obtenemos una única sección continua para toda la estructura que a su vez aporta una imagen singular al edificio.
Mediante el uso de la cerámica para los acabados del proyecto se combina la tradición y la tecnología en una perfecta simbiosis cultural. Los tonos del cielo japonés se usan como paleta cromática para la imagen final.
Piezas modulares tridimensionales de cerámica coloreada y esmaltada según patrones cromáticos para el recubrimiento de la estructura.